En el último día del año que ha pasado, el diario regional HOY publicó en su página de “opinión” un magnífico artículo del médico de familia Francisco Buitrago, afincado casi desde los inicios de su carrera en Badajoz y que tituló “La soledad de los ancianos”.
En este articulo pone de relieve, con su experiencia contrastada por miles de casos unido a la gran cercanía personal y de amistad que vive con sus pacientes, la relación existente entre la soledad que viven los mayores y la salud negativa que padecen debido a ese estado psicológico. En ese mismo artículo se ratifica este hecho con estudios profundos a nivel internacional y expuestos en las mejores revistas de medicina existentes que el articulista lo expone con los datos a que han llegado los investigadores médicos.
El mismo articulista afirma que “el estudio tiene sus limitaciones, pero sus resultados indican que la soledad puede comportarse como un factor de riesgo de muerte y de discapacidad en adultos mayores de 60 años no institucionalizados”. Y continúa diciendo que existen distintas hipótesis que relacionan la soledad con el control de mecanismos inflamatorios, depresión, enfermedades cardiovasculares, adicción medicamentosa, calidad del sueño, sin que nos olvidemos que la soledad supone un estrés psicológico con sus diferentes niveles que pueden asociarse a mortalidad total, mortalidad cardiovascular o mortalidad por causas externas. Todos estos factores tienen que ser tenidos en cuenta por todos los que trabajan en el sistema sanitario para mejorar la relación soledad-personas mayores.
Para terminar su artículo el Dr. Buitrago se dirige a los poderes públicos para que “asuman la importancia de diseñar políticas que promuevan la participación social y que ayuden a los mayores a desarrollar y mantener relaciones intergeneracionales satisfactorias”.
Sobre este final del articulista uno se pregunta que como es posible que los poderes públicos de nuestras instituciones locales, regional y central aún no hayan diseñado este tipo de políticas sobre y para nuestros mayores. Está claro que solo les interesa las políticas mediocres de ocupación del ocio y el tiempo libre de nuestros mayores, de tenerlos metidos en esos Centros donde muchos de ellos (principalmente los de gestión local), parecen gettos, aunque tengan sus mesas para jugar, sus bailes y sus excursiones. Esos centros se deben transformar en centros multiusos e intergeneracionales donde todas las edades “ se encuentren”, convivan y cada colectivo ofrezca sus experiencias. Y aún más: los poderes públicos tienen, entre otros compromisos incumplidos, el reglamentar y llevar a cabo la mal llamada “participación ciudadana”, bien en el interior de los mismos partidos, bien directamente en las mismas instituciones en que se gobierna. Y ahí entran nuestros mayores. Item más: esto último está archirrecomendado por todas las Instituciones Internacionales, por los Congresos Nacionales de Mayores de cada país, por el Año del Envejecimiento Activo que ha sido el 2012 y por el Libro Blanco del Envejecimiento Activo y las Relaciones Intergeneracionales, etc. ¿Hasta cuándo los poderes públicos seguirán con su sordera sobre nuestros Mayores? ¿Tendremos que lanzarnos a la calle los ocho millones de mayores para exigir esto y otras cosas más que recortan y no actualizan y que pueden ser causas también de la soledad que se vive y por ende de la mala salud? Los poderes públicos tienen la palabra.
Juan José Sierra Romero.- Jubilado y militante de Coalición Extremeña PREX-CREX.
