sábado, 1 de noviembre de 2014

Soliloquio político sobre personas mayores


El pasado miércoles, 1 de octubre, dando, como cualquier jubilado, mi paseo por la ciudad, un paseo por necesidad de mi edad avanzada, por mandato facultativo y, de momento, querido también por mi. Al llegar a la calle Obispo Juan de Ribera, contemplé una muchedumbre de personas mayores (según la prensa del día 2. más de un millar), mujeres y hombres. Todos ellos vestían una camiseta de color blanco e iban alegres, dicharacheros entre sí, y, según me contó un participante, iban hacia los jardines que están anexos al Instituto Bioclimático de Badajoz en donde iban a ver y escuchar los bailes  y cantos regionales extremeños  que grupos de ellos habían preparado y terminarían con un pequeño refrigerio ofrecido por el ayuntamiento. Era la forma que les había ofrecido el consistorio para celebrar el Día Internacional de las Personas Mayores instituido por la ONU.

Pero antes de recibir la información anterior por parte de este participante y sin recordar que se celebraba ese Día Internacional, y a la vista de la manifestación que estaba contemplando de tantos Mayores con su camiseta blanca que podía significar algún tipo de protesta, empezó mi soliloquio interno que transcribo entrecomillados: “¡ por fin! Ya era hora que se manifiesten  nuestros mayores de la ciudad, en paz y orden, por nuestras calles para protestar y denunciar todo aquello que en la actualidad les ha creado y les seguirá creando una vida ajena a ese medio-bienestar- social que habían vivido años atrás. Y la camisa blanca que llevan puesta es el signo que representa un pasado ajeno a  los dolores que les provoca la incertidumbre social que están soportando junto a sus hijos y nietos”. Y seguí con mi soliloquio: “ahora cuando lleguen al lugar de concentración, algunos de ellos les hablará para que denuncien, los recortes que está sacudiendo las raices y fundamentos de su bienestar social. Denunciarán la congelación de sus pensiones ¡ya! pese a lo ficticio y burlesco de ese 0,25% que nada tiene que ver con aquellas subidas acompasadas al IPC reinante. Denunciarán la existencia de los recortes presupuestarios para la  Ley de Dependencia con una rebaja hasta del 40%,  dándose el caso flagrante,  incluso para los que les fueron aprobado sus solicitudes lleven casi dos años sin recibir la prestación que les corresponde, conocièndose casos de fallecimientos de algunos solicitantes. Denunciarán las miles de solicitudes sin evaluar aún por recortes del personal. Denunciarán el copago “dichoso” de sus medicinas y los recortes en sanidad suprimiendo centros de urgencias, más salas de rehabilitación, necesaria para su movilidad por la edad que atraviesan, camas hospitalarias para crónicos, recortes para centros geriátricos y centros de día. Denunciarán la bajada de las prestaciones por desempleo con las graves repercusiones para sus hijos y nietos en paro, a los que ellos están ayudando con su propia pensión acarreándoles un sufrimiento cotidiano. Denunciarán la falta de más guarderías para sus nietos. Denunciarán también la falta de protección para el maltrato que algunos reciben, sobre todo los más impedidos.” Y sigue   mi soliloquio interno:    “denunciarán la falta de protagonismo político de los Mayores frente al tele-dirigismo que sobre sus asociaciones ejercen los políticos no dejándoles participar en las decisiones que sobre ellos ejercen, en especial, las de carácter social, económico y político y como muestra ahí están los sindicatos de jubilados, asociaciones de mayores, Pacto de Toledo ( ¡que ironía, esto último, sin influencia alguna en las grandes decisiones!)…

Y desperté de mis soliloquios antes de llegar a mi casa, entrando en ella con un rictus amargo, aunque con esperanza, pensando que esos soliloquios no soy yo solo quién los ha tenido sino que los tienen muchas más personas mayores que participan en otras manifestaciones distintas a la que yo había presenciado; me sirvió para pensar que aún se puede hacer algo si todo los Mayores fuésemos capaces de unirnos y no dejar que nos  manipulen y alienen. Pero me alegré de verlos alegres ese día aunque piense que cada uno llevaría por dentro su propia “procesión.”

Este día, 1 de octubre, es el Día Internacional de las Personas Mayores, para que las instituciones políticas del mundo, de cada continente, de cada país, de cada comunidad y de cada pueblo, se acerquen a los Mayores y les hagan participes en las soluciones de los problemas que les afecta pero aceptando dichas instituciones las grandes experiencias de vida que los mayores tienen y quieren transmitir. . y que todo, en este día, no lo ocupe solo lo lúdico, aunque también se necesite. Así lo quiso la  y lo quiere la ONU y nuestras Instituciones Europeas.

Juan J. Sierra Romero. Jubilado y militante de Coalición Extremeña PREX-CREX.

No hay comentarios:

Publicar un comentario